El Consejo Rector de la Tortilla Tradicional alertó a la población de la Ciudad de México sobre la reciente producción de tortillas con ingredientes de muy baja calidad, los cuales pueden poner en riesgo la salud de los consumidores.
Este organismo decidió llamarlas ‘tortillas piratas’, estos productos se elaboran con maíz rezagado, cal en cantidades mayores y agua no potable, esto con el objetivo de disminuir los costos de producción por parte de los tortilleros.
No obstante, estos insumos no adecuados presentan características que permiten su identificación para evitar su consumo.
Uno de los principales indicadores de que una tortilla es pirata es que presentan un precio más bajo, por lo que si en una tortillería se vende el kilo a un costo sospechosamente bajo, se debería cuestionar la calidad y seguridad de su consumo.
En cuanto a las características de la tortilla, éstas pueden identificarse a través de varias características notables:
Mal olor: Las tortillas pueden presentar un olor desagradable, el cual puede ser enmascarado por el uso excesivo de cal.
Color blanco: Las tortillas piratas suelen tener una masa blanca en lugar del tradicional color crema, indicando la falta de pigmentos naturales del maíz.
Se agrieta o se rompe: La textura de estas tortillas puede ser irregular, agrietada o quebradiza.
Sabor a tierra, cal o muy salado: Las tortillas piratas pueden tener un sabor anormal, que puede ser terroso, calcáreo o excesivamente salado.
Poco tiempo de conservación: Se echan a perder muy rápido.
“Cuando te haces tu taquito ya está toda rota, inclusive la servilleta huele así medio feo”, apuntó Elvira Trejo, una consumidora de este preciado alimento.
En resumen, la tortilla, un alimento básico y simbólico en la dieta mexicana, se ve amenazada por la proliferación de productos de baja calidad y la seducción de su bajo costo, por lo que la atención y el cuidado en la selección de tortillas no sólo preservan una tradición culinaria, sino que también protegen la salud de los consumidores.