En la noche nublada del 16 de julio de 1999 un avión Piper Saratoga II volaba sobre el océano Atlántico, a unos 12 km de la isla Martha’s Vineyard, Massachusetts, en el noreste de Estados Unidos.
El piloto era el carismático John F. Kennedy Jr. de 38 años, a quien su familia llamaba «John John». Junto a él viajaban su esposa Carolyn Bessette, de 33, y su cuñada, Lauren Bessette, de 34.
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Su padre era el expresidente John F. Kennedy, quien fue asesinado el 22 de noviembre de 1963, cuando John John tenía solo 3 años.
El avión de John John nunca llegó a su destino. Hacia las 9:41 de la noche, la avioneta se estrelló en el mar y sus tres ocupantes murieron.
Veinte años después, el siniestro aún se recuerda como un capítulo más de la llamada «maldición de los Kennedy», que envuelve en tragedia a una de las familias más queridas y mediáticas de la cultura estadounidense.
La caída del avión, sin embargo, deja poco espacio para pensar en conspiraciones o maldiciones fatídicas.