
En 2024, los cocineros se posicionaron como la sexta ocupación con más accidentes laborales en México, acumulando 11,720 incidentes. Esta cifra revela una preocupante falta de cultura preventiva en una industria esencial.
La cocina, ese espacio donde se conjugan sabores y tradiciones, es también un lugar donde el riesgo acecha. En 2024, los cocineros registraron 11,720 accidentes laborales, ubicándose como la sexta ocupación con mayor número de incidentes en el país, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)
Esta cifra supera a la de choferes vendedores (9,793) y cargadores (8,773), evidenciando que las cocinas, a pesar de ser espacios comunes, presentan riesgos significativos.
Las principales causas de estos accidentes incluyen quemaduras, cortes, caídas y lesiones por esfuerzo físico excesivo. Además, la falta de ergonomía en las estaciones de trabajo y la escasa capacitación en seguridad agravan la situación.
Factores que incrementan la siniestralidad
El IMSS señala que en el 85% de los accidentes laborales estuvo involucrado un acto inseguro por parte del trabajador, como adoptar posiciones peligrosas, usar incorrectamente las manos o no utilizar adecuadamente el equipo de protección. En el sector restaurantero, estas prácticas se ven potenciadas por jornadas laborales extensas, alta rotación de personal y condiciones precarias, como bajos salarios y falta de acceso a beneficios laborales.
Los accidentes laborales no solo afectan la salud de los trabajadores, también tienen un impacto económico considerable. En 2023, se registraron casi 201,000 accidentes de mano, resultando en 3.9 millones de días perdidos y un costo de 739 millones de pesos para la seguridad social. Aunque no se dispone de una cifra específica para el sector restaurantero, es evidente que su contribución a estas estadísticas es significativa.
Hacia una cultura de prevención
Para revertir esta tendencia, es fundamental implementar medidas de prevención y capacitación en seguridad laboral. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) promueve el concepto de «trabajo decente», que incluye condiciones laborales seguras y saludables. En este sentido, es crucial que los empleadores del sector restaurantero adopten políticas que prioricen la seguridad y el bienestar de sus trabajadores.
El Programa Entornos Laborales Seguros y Saludables (ELSSA) del IMSS ha brindado más de 87 mil asesorías a centros de trabajo, enfocándose en la prevención de accidentes en manos y tobillos, que son las lesiones más frecuentes en el país.
La incorporación de tecnologías modernas en las cocinas puede ser una herramienta clave para reducir accidentes. Equipos con sistemas de seguridad integrados, como apagado automático en caso de sobrecalentamiento o sensores de movimiento para evitar cortes, están disponibles en el mercado y pueden ser aliados en la prevención de incidentes. Además, la señalización adecuada en áreas de riesgo, como zonas de alta temperatura o superficies resbaladizas, es esencial para alertar al personal y prevenir.
Fomentar una cultura de seguridad no solo depende de las políticas empresariales, también de la participación activa de los trabajadores. Establecer comités de seguridad laboral dentro de los restaurantes permite identificar riesgos específicos y proponer soluciones prácticas. La retroalimentación constante y la comunicación abierta entre empleadores y empleados son fundamentales para crear un ambiente de trabajo seguro y saludable.