La prohibición del glifosato prevista a partir del 1 de abril y hasta que se terminen los inventarios del herbicida en México provocará una crisis en la producción de alimentos, ya que tirará 40 por ciento la cosecha de cereales y otros cultivos, alertó la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UMFFAAC).
“De todas las grandes agriculturas mundiales, sólo México está a punto de aprobar la prohibición del glifosato”, afirmó el organismo dirigido por José Escalante de la Hidalga.
“Consideramos que esto es un error, hará menos competitivos a los productores agrícolas nacionales, se puede perder hasta el 40 por ciento de la producción de cereales y otros cultivos por no contar con este herbicida”, destacó la organización.
Según la UMFFAAC, la población mexicana no gozará de mejor salud por prohibir el glifosato, y sí podrá tener una afectación porque el costo de producir en el campo se encarecerá y no le alcanzará el dinero por el aumento en los precios de los productos de cada cultivo, disminuyendo así la nutrición de la gente.
“La industria de protección de cultivos valora la preocupación de las y los legisladores por la salud de los mexicanos”, comentó.
“Los reconocemos, pero también les recordamos que accionistas, directivos y colaboradores de las empresas que comercializamos glifosato y demás productos fitosanitarios o plaguicidas, vivimos en México y comemos diariamente tortillas y muchos otros productos de maíz, así como de todos los cultivos como hortalizas, frutas y cereales que usan glifosato”, detalló.
La UMFFAAC aseguró que no es una organización espectadora de lo que sucede en el campo mexicano ya que apoya para producir más con los más altos niveles de ciencia y tecnología actualizados.
“Mantenemos una preocupación permanente en nuestra salud y en la de los más de 128 millones de mexicanos, y la de todos los habitantes de los países que importan los productos del campo mexicano”, agregó.
El organismo mencionó que también apoyan al sector agroalimentario, que se sitúa como el mayor generador de ingresos por divisas después de las armadoras, mayor que las remesas, turismo o el petróleo.
“La industria de protección de cultivos cuida la ecología; cada uno de nuestros productos, antes de poder comercializarse deben demostrar ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), que no son cancerígenos, teratogénicos o mutagénicos y que no agreden a la ecología”, recordó.
“Gracias a nuestros productos, el mundo no ha sufrido una hambruna, pues en casi la misma cantidad de hectáreas agrícolas que había en el año 1900, cuando habitaban la tierra poco más de mil 500 millones de seres humanos, hoy se alimentan ocho mil millones de personas”, expresó.
La UMFFAAC ratificó que el glifosato es el herbicida más usado en el mundo y está registrado en todas las grandes agriculturas del planeta en los cinco continentes y en más de 120 países; sólo la IARC declaró que “es probablemente cancerígeno, colocándolo en el grupo 2A” (igual que comer carne roja, tomar bebidas muy calientes, ser peluquero o trabajar de noche).
“La misma Organización Mundial de la Salud (OMS), de la que depende la IARC, declaró que sus análisis no fueron debidamente hechos. Todas las agencias de prestigio internacional, como las de Europa, Estados Unidos, Japón, Canadá, Brasil, la India y China han aprobado su uso de acuerdo a las indicaciones de la etiqueta”, concluyó